domingo, 5 de julio de 2009

FERNANDO LUGO: Noticias de Pedofilia-II

FERNANDO LUGO: Noticias de Pedofilia-II

FERNANDO LUGO: SUGIEREN EVALUACIONES PARA EVITAR PEDÓFILOS EN PERÚ

La reciente denuncia de abuso sexual a escolares en el colegio Mártir José Olaya, de Miraflores, evidencia la falta de control psicológico que existe en la mayoría de entidades que trabajan con niños, por lo que Manuel Saravia Olivier, director del Instituto Gestalt de Lima, recomendó a las autoridades someter a un riguroso examen psicológico a todo aquel que vaya a laborar con menores.

“Es importante evaluar psicológicamente a todo aquel que trabaja cerca de niños. No solo para descartar un caso de pedofilia, sino también para ver qué sucede en las mentes de estas personas”, dijo Saravia en conversación con elcomercio.com.pe.

Además, el especialista resaltó la necesidad de promover la labor de prevención con los menores, para que sepan que deben acusar si alguien los toca, así sea un familiar o un conocido.

En ese sentido, Saravia recordó la campaña “Yo sé cuidar mi cuerpo”, que sirvió años atrás para que cientos de menores denuncien maltratos físicos o sexuales, e invocó a que se reponga o se haga una similar.

FERNANDO LUGO: PEDÓFILO PERUANO HUYÓ A LA ARGENTINA

El promotor del colegio Mártir José Olaya, de Miraflores, José Armando Bueno Galindo, acusado de ultrajar a menores de edad, huyó del Perú el último domingo en la noche, informó hoy el noticiero 90 Segundos.

Como se recuerda, el dueño del colegio admitió en un video trasmitido la noche del domingo haber abusado sexualmente de un alumno hace más de 20 años.

Según consta en el reporte de su movimiento migratorio, José Armando Bueno Galindo se dirigió a la ciudad de Buenos Aires en un vuelo de la aerolínea TACA. Asimismo, se informó que el dueño del colegio Mártir José Olaya sacó su pasaporte el sábado último.

El Ministerio de Educación instaló ayer una comisión especial para investigar las denuncias de pedofilia lanzadas contra Bueno Galindo.

La Fiscalía Penal 25 de Lima abrió una investigación preliminar sobre los hechos y el próximo mes comenzará a citar a los implicados.

FERNANDO LUGO: OTRO SACERDOTE SE DECLARA CULPABLE DE ABUSO SEXUAL

Sacerdote católico se declara culpable de abuso sexual de menor en Australia


Un sacerdote católico, condenado con anterioridad por pederastia en Australia, se declaró hoy culpable ante un tribunal de justicia australiano de cinco cargos de asalto indecente de un menor, alumno suyo, entre 1968 y 1969.

Desmond Laurence Gannon, de 79 años, reconoció que abusó en al menos tres ocasiones de un estudiante de 11 años de Saint Patrick's Primary School de Kilmore.

El fiscal afirmó que el imputado planeó y cometió las ofensas de manera deliberada, y solicitó una pena de entre nueve y 42 meses al juez Frank Gucciardo, quien pronunciará sentencia el 3 de junio.

La víctima, ahora en sus cincuenta, presentó a la sala un comunicado en el que acusó al padre Gannon de haber destruido todos sus sueños e ilusiones, y de ser un niño feliz se transformó en un delincuente que ha pasado por la penitenciaría.

Gannon cumplió un año en la cárcel en 1995 por delitos de la misma naturaleza que perpetró entre 1958 y 1976.

Casi 110 miembros de la Iglesia Católica han sido condenados en Australia por abusos sexuales que han afectado a unas 1.000 personas, según datos de la organización "Broken Rites".

FERNANDO LUGO: LA MALA HORA DEL CURA

El fundador de Felices los Niños enfrenta una acusación por 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores agravada.



Un condicionante: a veinte días de que se emita el fallo, se reveló el perverso funcionamiento del Hogar San José Obrero. La causa por malversación de fondos.


En la mente del hombre, las siete plagas de Egipto no son más que una pertinaz llovizna de otoño. Para el cura Julio Grassi la mala hora llegó, definitivamente. Y aunque su repetida participación en el programa de Mauro Viale lo exhiba como el más sereno entre los serenos, la realidad es una demolición interna de la que ya no saldrá.

Tres lupas independientes se encontraron sobre la humanidad de un sacerdote que, difícilmente, tenga reflejos para tanto: un juicio por 17 hechos de abuso, una causa por malversación de fondos y una serie de aberrantes revelaciones que llevaron al cierre de uno de los hogares más emblemáticos de Felices Los Niños.

Grassi no es el mismo. No es el que conoció la gloria en los ’90 ni el que protagonizó un sketch tragicómico en el programa de Susana Giménez. Tampoco es aquel cura mediático que hizo buenas migas con el poder y se fotografío con Cavallo cuando la megasede en Hurlingham abrió sus puertas. Aunque su amigo Raúl Portal se desvive por santificarlo, Grassi ya no saborea: tiene la garganta seca y la boca pastosa.

Tiempo de sentencia. El 10 de junio a las 14, un tribunal de Morón emitirá el fallo que trazará una bisagra en la vida de este hombre de 52 años. Y el abanico es amplio: después de 9 meses de un juicio histórico podría quedar libre pero también podría ser condenado a 37 años de prisión.
La acusación contra el fundador de Felices los Niños es lapidaria: 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores agravada.

En sus últimas palabras, Grassi recordó su trayectoria como sacerdote y en la vereda enfrentó a los medios como siempre. La respuesta del representante del Comité de Seguimiento de los Derechos del Niño, Juan Pablo Gallego, fue a la mandíbula: “Durante este tiempo quedó demostrado que estamos ante un pederasta serial; este monstruo ahora se pone a la altura de San Pedro y no hace más que comportarse como un psicópata. Nadie le cree su postura de ameba o angel asexuado con la que intentó convencer al Tribunal”.

Mientras la defensa pidió la absolución y apuntó a un complot mediático, el fiscal Alejandro Varela pidió una condena de 30 años. Mientras tanto, los representantes de dos de las tres víctimas pidieron penas de 25 y 20 años, respectivamente.

La ley de la selva. Antes, otra piedra en el zapato del sacerdote: aquella denuncia motorizada por un obispo en septiembre de 2008 derivó ahora en el cierre del Hogar San José Obrero, el brazo porteño de Felices los Niños. Desde el barrio de Chacarita, algunos canales lo transmitieron en cadena durante todo un fin de semana sin preservar la identidad de los menores.

A la hora de definirse al hogar, la jueza de Familia Myriam Rustan aplica una comparación brutal: “Lo que encontré en ese lugar parecía sacado de una película, era propio del funcionamiento de una secta: todos hacen lo que les indica el líder y se someten a situaciones aberrantes, pero nadie cuestiona a ese líder que marca el rumbo”. Aseguró, además, que la manipulación es moneda corriente puertas adentro. Y ante una consulta sobre los verdaderos intereses de los responsables de la institución relató un hecho insólito: “El viernes, cuando iba a producirse el traslado de los niños y se produjo el escándalo en la puerta, una persona de la Fundación llamó a mi secretario y le dijo: ‘vos dame la llave del lugar y yo te entrego a los chicos’. Yo quedé horrorizada y dije que de ninguna manera haría una transacción de esas características”.

Sin embargo, Grassi y Portal volvieron a hablar de complot, sin reparar en que en los propios legajos internos constaban hechos gravísimos desde el año 2003. Actualmente hay 11 episodios puntuales investigados por la fiscal de menores María Elena Holden.

La jueza civil que tomó el caso a partir del intento de suicidio de un chico de 8 años, dictó una sentencia definitiva. En un fallo de 6 carillas concluyó que “en ese lugar se instaló la ley de la selva, el miedo, las amenazas, los golpes y el maltrato, además de las prácticas sexuales con los más débiles”.

Los profesionales del cuerpo médico forense indicaron que muchos fueron abusados y maltratados desde la infancia. Y los peritos constataron episodios increíbles como que en un grupo de hermanos, los mayores abusaban de los menores. ¿Y las autoridades? “Nunca hicieron nada: anotaban lo que pasaba, pero nunca denunciaron ni evitaron este caos”, subrayó la jueza.
Aunque quedó frenado por el escándalo, la Justicia no detuvo el proceso de traslado de los 12 chicos que todavía están en el hogar. Pero mientras tanto decidió que el Arzobispado se haga cargo del lugar. El padre Carlos Accaputo, presidente de la Pastoral Social, será quien se ocupará de la transición hasta que la puerta de Charlone 753 se cierre para siempre.

Otra vez al banquillo. Será después del fallo en Morón y luego del cierre del hogar. Pero será pronto. Según decretó la sala III de la Cámara del Crimen de Morón, Grassi volverá a sentarse frente a un tribunal oral para dar explicaciones por “malversación de caudales privados de una entidad de bien público, como la Fundación Felices los Niños”.

¿De qué se trata? Cuando el sacerdote fue obligado a abandonar la institución, alquiló en Hurlingham la casaquinta “La Blanquita”. Una denuncia del año 2006 permite inferir que habría pagado ese alquiler y el de una vivienda cercana con fondos de la Fundación.

Hoy, Grassi pasa sus horas meditando y rogando que todo sea un mal sueño.

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